Cultura
Un grupo de exiliados nicaragüenses en Guatemala se han unido a través del teatro para montar una obra sobre la crisis política que vive el país.
Bacanal Chipote. Así se titula la primera obra de teatro encabezada por un grupo de nicaragüenses en el exilio. Todos ellos han sido víctimas de la represión del régimen de Daniel Ortega y ahora encarnan sus propias vivencias en esta puesta en escena.
“Todos venimos de haber participado en barricadas, de haber apoyado muy de cerca a los estudiantes, entonces tenemos un testimonio, una historia que contar a partir de los sucesos de la crisis de abril del año pasado”, revela Mick Sarria, dramaturgo leonés y director de Lleca Teatro.
La obra será estrenada el 4 de mayo durante el Festival de la Libertad, en la feria del libro de La Haya, Países Bajos. En esta fecha también se conmemora a las víctimas de la Segunda Guerra en dicho país europeo. Posterior a esa presentación, Bacanal Chipote recorrerá siete ciudades holandesas.
“El objetivo que teníamos en mente era observar y retomar las imágenes de todo lo que hemos vivido, porque estábamos conscientes que haríamos teatro en tiempos de la muerte”, apunta Sarria.
Cuando estalló la crisis política de Nicaragua, Mick y otros actores realizaban una gira de teatro en León, una de las primeras ciudades en rebelarse contra las reformas a la Seguridad Social que Ortega quería imponer y que sirvieron de detonante para las protestas cívicas que exigen la salida del mandatario.
“Tenemos actores que han vivido en carne propia la represión, que han estado en los tranques, que son estudiantes de la UNAN-León”, asegura el director de la obra.
Solange Saballos es una de las actrices de esta obra de teatro. Permanece en el exilio después de haber recibido amenazas por participar en las protestas. En Guatemala conoció a varios de los nicaragüenses con los que comparte escenario. Para ella ha sido un proceso “doloroso, pero a la vez catártico”.
Algunos de los escenarios en los que estuvo Solange los ha plasmado en su papel, donde no existe una diferencia entre el personaje que ella interpreta y su realidad.
Otro elemento que destaca en la obra es su título. Según el director de Lleca Teatro proviene de dos elementos: “bacanal”, que muestra “la decadencia del poder”, y “Chipote”, como es conocida una de las cárceles donde se han practicado torturas y ha sido utilizada para encarcelar a presos políticos.
«Bacanal Chipote relata la persecución, la tortura y el exilio de los nicas. Relata también la búsqueda del sentir, del saberse humano, del saberse en resistencia y del enfrentarse con un Estado en decadencia. Después de haber vivido los distintos escenarios de las protestas en carne propia, los actores de Lleca Teatro se dedicaron a tratar de entender la estética y la fisicidad del poder y la decadencia», aseguran los realizadores.