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«Vuelve Carrillo»: Recap 3er episodio de Narcos

Fotograma | Netflix

Nos gustan las series tanto como a vos. Por eso, para hacer que el entretenimiento dure más, vamos a recapitular la nueva temporada de “Narcos”, un capítulo por día. Si querés refrescarte la memoria antes del próximo episodio, ponerte al día, o descifrar algún detalle que se te haya escapado, estamos a la orden.

(El siguiente texto contiene “spoilers”)

NARCOS

TEMPORADA 2

EPISODIO 03

“NUESTRO HOMBRE EN MADRID”

DURACIÓN: 46 minutos

Imágenes de archivo de la masacre de Medellín abren este capítulo, con Murph compartiendo un dato revelador: durante su carrera criminal, Escobar fue responsable de las muertes de unos 400 policías al año. Pinzón asume el costo político de la ola de violencia y renuncia.

En una secuencia devastadora, de menos de un minuto, vemos la corta vida de un joven cadete, desde su primer entrenamiento hasta la tumba. En su funeral, nos reunimos con Gaviria y Sandoval. Están convencidos de que debe responder fuego con fuego. Por eso, mandan a llamar a “nuestro hombre en Madrid”. El Coronel Horacio Carrillo (Maurice Compte) regresa de su exilio.

Escobar camina por la casa de Judy Moncada como Pedro por su casa, e intimida a tres subalternos para extraer información sobre la ubicación de sus oficinas, bodegas y laboratorios…y por supuesto, sobre el paradero de Judy. No sabemos si le cantan, porque inmediatamente cortamos a Judy arribando a la propiedad de Pacho (Eduardo Amman), a quien no veíamos desde la primera temporada. La conversación de Pacho y Judy es francamente hostil. Si forjan una alianza, no será necesariamente una luna de miel.

How many bullets does it take to kill a narco? #whokilledpablo

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Tata consigue un periódico con noticias de primera plana sobre la “masacre del tango”. El titular registra la masacre que vimos a finales del capítulo anterior. Mientras tanto, Judy observa con repulsión los cuadros de motivos japoneses de la casa de Pacho. Quizás si tuvieran tigres blancos le gustarían más. Su disgusto se interrumpe con la llegada de Gilberto Rodríguez Orejuela (Damián Alcázar), el hombre con quien realmente quiere hablar.

Rodríguez Orejuela y su hermano eran importantes traficantes bajo la pantalla de empresarios respetables. Murph cuenta su historia con gusto y como toman bajo su ala a Pacho, hasta nombrarlo socio. El trío convive con Escobar gracias a una salomónica repartición los mercados de EE.UU. Escobar se queda con Miami, ellos con New York. ¿Adivinen quién hizo el mejor trato?

Escobar podría ser astuto, pero le faltaba mundo.

Judy pone sobre la mesa su conocimiento sobre la ubicación de los laboratorios de Pablo, pero Gilberto le pide la de SUS laboratorios, sabiendo que Pablo correrá a ocuparlos. El juego de los narcos es como una partida de “Monopoly”. El que pierde, entrega todas sus propiedades. Los Rodríguez proponen “tercerizar” la ejecución de Escobar, pasándole la información al gobierno. Saben que Carrillo viene y que es el único al cual el capo le teme.

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Carrillo es recibido cálidamente por los cowboys. Recuerden que Murph, Peña y Carrillo funcionaban como amiguetes en la temporada pasada. Carrillo propone una estrategia de maniobras encubiertas, con tácticas de distracción y socavamiento de la estructura de Escobar. De entrada, anuncia su llegada orinándose sobre un mural de Escobar. El reporte le cae como balde de agua fría a Escobar. O de orín caliente.

La primera movida de Carrillo es desmantelar la red de pequeños vigías. A la hora de la cacería, sólo se lleva a Peña y deja a Murph en el cuartel. El operativo culmina en un callejón oscuro. Cuatro adolescentes y un niño, todos de rodillas contra la pared, son encañonados por las fuerzas de la ley. Peña mira en shock cómo Carrillo mata a uno de ellos. Puede ver en sus ojos como en ese momento le crece la conciencia. Al menor, un niño de unos 7 años, Carrillo le entrega un “mensaje” para Escobar: una bala. Peña no reconoce a su viejo compañero.

La tensión sube en la casa Escobar. Tata sabe del regreso de Carrillo y le recuerda cómo mató a Gustavo, el hermano de Pablo. Ella está clara que el gobierno ha abandonado la estrategia de negociar: “Alguien te tiene que decir las cosas como son…ese hombre te viene a matar”. Pablo promete abandonar el país si las cosas se salen de control. Claro, su versión de “fuera de control” no es la misma que la de un ciudadano normal.

En el cuartel, Murph recibe a la tropa como el hermanito menor que no fue invitado a la fiesta. Peña no quiere hablar. Todavía está traumatizado por la ejecución y se va a casa. Los cowboys no son los únicos compadres en problemas. La Quica y Limón siguen buscando a Maritza, peinando los bares de Medellín con una foto en una mano y una cerveza en la otra.

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Murph encara a Carillo y le increpa por haberlo dejado atrás. Quiere participar de la acción y participar en la cacería. Todos creíamos que Murph era un alma sensible y Peña patán capaz de todo. Parece que no es así. Peña está en casa, teniendo sexo triste con una prostituta filosófica. “Siempre sé cuándo mis clientes quieren olvidar algo”, le dice ella.

David, el pequeño emisario de Carrillo, llega al hogar de Escobar. El capo recibe la bala con cara de consecuencia y le pide a David un favor que será revelado más tarde. De vuelta en el cuartel, Peña recibe una llamada de Don Berna. Pronto, los vemos reunidos en una cafetería anónima. Todo parece indicar que la alianza entre Moncada y los Rodríguez va sobre la marcha.

Con la información provista por Don Berna, Peña identifica el lugar donde se encuentra el laboratorio más grande de los Moncada, en proceso de ser desmantelado y trasladado por Escobar. Los cowboys y Carrillo salen en helicóptero hasta el punto en cuestión. Es un imponente edificio, incongruente en medio de la selva. El asalto es un éxito. La tropa se toma el local, y acorrala prisioneros. Carrillo y Murphy viajan de regreso en helicóptero con dos de ellos, incluyendo a El Gato –el mismo que le llevó el periódico a Tata al principio del episodio–. Así de cerca están de Escobar.

De regreso en Medellín, Escobar se encuentra en una casa de seguridad con Valeria, la periodista mercenaria. La vemos retocándose el maquillaje, pero esta no es una cita cualquiera. Escobar la ha reclutado para entrevistar al pequeño mensajero de la bala. Quiere registrar su testimonio sobre como los militares mataron a su amigo a sangre fría. Con la puerta del gobierno cerrada, Escobar llevará su caso a la corte de la opinión pública.

En el helicóptero, Carrillo trata de sacarles información a El Gato y su colega. Les promete ayudarles si entregan a Escobar. Cuando el anónimo asegura no saber nada, Carrillo lo lanza al vacío sin pensarlo dos veces. Está tratando de intimidar a El Gato. La acción en el helicóptero se edita paralela a la entrevista, para remarcar la nueva naturaleza despiadada de Carrillo. Cuando El Gato lo insulta, el militar lo lanza a una muerte segura. Murph observa el evento atónito. De regreso en el cuartel, se sienta en silencio frente a Peña.  Ahora ambos saben que están en un nuevo orden, han estado expuestos al nuevo, despiadado Carrillo. Definitivamente que el debido proceso y los derechos humanos no están entre sus prioridades.

Don Berna le reporta a Judy el éxito de la maniobra. Escobar recibe los reportes impávido. Observa a su familia dormir apaciblemente, con el sosiego que él no tiene. Murph llama por teléfono a Connie en Miami. No nos hemos librado de su telenovela marital. Quiere recuperar el pedazo de humanidad que perdió al matricularse en la escuela de abuso de fuerza de Carrillo. El llanto de su bebé los interrumpe. Peña practica sexo furioso con la misma prostituta. Ya no hay conversaciones cargadas de sentimiento. Los cowboys han cruzado al lado oscuro, y no estaban listos para hacerlo.

OBSERVACIONES VARIAS


Mirá los otros recaps de Narco aquí: 1er episodio, 2do episodio