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Los típicos machos son posesivos, agresivos, crueles, dominantes, autoritarios, abusadores de mujeres, y en los casos más excepcionales hasta de otros hombres.
Un borracho, uno acusado de golpear mujeres, dos padres irresponsables y dos señalados de violadores se han reunido en la mejor estampilla de la masculinidad hegemónica de una Nicaragua libre, prosperada y en victorias.
Cuatro hombres emblemáticos de la cultura machista que no solo violentan mujeres sino también hombres porque no se nos olvide que ‘sos más macho’ en la medida que dominas a otros hombres. Por algo son boxeadores y el otro, un asesino dictador.
La foto que quedara para la historia me causa náusea, en especial cuando se presentan orgullosos, en cadena nacional, como el mejor ejemplo de ser hombre, y a los que sin duda (y con tristeza) estoy segura que muchos niños emularan.
El machirulo
El macho nica es como cualquier ‘macho de mierda’ del mundo: posesivos, agresivos, crueles, dominantes, autoritarios, abusadores de mujeres, y en los casos más excepcionales hasta de otros hombres.
Un ser cruel e insensible que aborrece toda cualidad que se asocie con la debilidad o emotividad porque ¡cuidado! podrían creer que es ‘cochón’, y ni quiera Dios que lo confundan con un ‘rechivuelta’.
Por eso, no es de extrañarnos que, ante los hechos de 2018, los machitos armados y bajo el paraguas de la impunidad del dictador salieran con saña a asesinar y violar a otros hombres, y en especial a los disidentes de esa masculinidad recalcitrante.
El macho perfecto
Es la masculinidad más aborrecible, pero la que más abunda en Nicaragua y lo peor es la más atractiva. Por eso las mujeres sandinistas aman a los autoproclamados guerrilleros, en especial a Daniel Ortega, que pese a la denuncia de violación por parte de Zoilamérica Narváez, es un ‘macho codiciado’.
Pero también las azul y blanco. El cuento de la princesa y el príncipe valiente que expone su vida para protegerla y defenderla del tirano se repite en cada meme, cada foto, cada post en que una azul y blanco convierte en su ‘crush’ a un preso político.
Y cualquier hombre que se salga de ese guión solo puede ser un ‘maricón’. Y si ese maricón (como trans o gay) salió a luchar por la patria se le agradece, pero que ni crea que va a venir a imponer su ‘ideología de género’. ¡Ignorancia!
El macho no crece
Ser hombre no es fácil. La masculinidad es tan frágil y letal que no da espacio a medias tintas. Para ser macho en esta sociedad solo se puede ser en una posición antagónica y de superioridad a las mujeres.
Me trastoca completamente, pero sobretodo me abruma. Tengo un hijo, un varón, no sé si fue castigo o bendición frente a mi posición ideológica de feminista. Aunque siempre que caigo en cuenta de esta masculinidad tóxica encuentro la respuesta: yo educaré a un hombre diferente.
Pero, repito, ser hombre no es tan fácil y formarlo tampoco en una sociedad que los justifica y los absuelve. Pareciera que nunca dejarán de ser niños, siempre consentidos y disculpados de sus ‘errorcitos’ por ser víctimas de las circunstancias o de malas mujeres.
El macho inocente
Tal como al dictador, a un pobre hombre lo provocó una niña de once años y él no pudo hacer otra cosa que violarla. A otro boxeador fue una mujer de la mala vida que se le ofreció, luego se las dio de digna, pero él ya estaba encandilado y tampoco pudo hacer otra cosa que violarla.
A otro de los boxeadores campeones, también le jugaron mal. Esa mujer se aprovechó de ‘su fortuna’ y en medio de la desfachatez exigía manutención para la hija. La otra, celosa, lo provocó y él no tuvo de otra que pegarle. Y uno más de ellos, tan sensible que no puede dejar de emborracharse y hacer escándalos.
Y así vamos justificando a los nuestros, y a los otros hombres, siendo parte de ese pacto de machos en el que nadie dice nada. En el que todos callan porque nadie sabe cuándo serás vos el que este en el banquillo de los acusados.
El macho transgresor
Conozco hombres que han logrado transgredir ese modelo de masculinidad. Y esos son los que hay que rescatar. Ese hombre capaz de levantar su voz y decirle a otro: ‘Deja de acosarla’, ‘No seas irresponsable, asumí a tus hijos’, ‘Ser hombre no significa ser violento’.
El problema es que son muy pocos. Quizás si al ver esta foto se llenaran de vergüenza al detectar cualidades similares a los mamarrachos de la imagen y reflexionaran sobre su propia masculinidad… sería un gran paso.
Y nosotras, al ver la imagen, aborrecer esas cualidades de machos en nuestras parejas e hijos. Y juntos lograr un nuevo modelo de ser hombre responsable, sensible, amoroso, respetuoso, no violento.
No sé. Talvez. Hoy me dio por ser positiva.
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