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"¿Se le puede llamar "Gobierno de todos" a uno que ordena a las fuerzas armadas y a una horda de holgazanes con camisas de la JS vapulear una marcha pacífica?"
Lo ocurrido en Nicaragua es el grito pacifista de quienes hastiados por el abuso de poder salieron a protestar con la legítimidad que una genuina democracia avalaría. Además es una fotografía que sabe tomarle el pulso y la temperatura a un país con un tejido social convulsionado y severamente agrietado. Hay que recordar que los Gobiernos están en el deber de proteger a todos por igual. Se gobierna para una nación entera, no para un partido.
El INSS fue la gota que rebasó la copa de una paciencia franciscana extendida por más de un decenio. Los ancianos se sintieron despojados con una reforma que arrebataba y los jóvenes se sumaron porque comprendieron que ese atraco de hoy era un “batazo que si picaba’’ se extendería a las generaciones venideras. Como Roberto Clemente en el fondo del rigth fielder, había que detener y enviar la bola al home plate para poner out al hurto y a esa gula voraz de una cúpula que pretende eternizarse en la silla presidencial. No podemos emparentarnos con la absurdidad y negar lo evidente, queriendo tapar con un colador la luz del sol. La poeta Gioconda Belli lo define así: ‘’Nicaragua no es una pareja y pide elecciones libres».
Resistencia vs demagogia
Los políticos de Nicaragua llenos de avaricia y prepotencia, con un salario indigno para una nación tercermundista (la segunda más pobre en toda América Latina, después de Haití) quisieron silenciar una lucha que es de todos: El INSS.
El pueblo lo sabe, por eso se ha movilizado a pesar de encontrarse entre balas, tanques y batallones. Una especie de Ejército pretoriano -verdadero sinónimo de traición, crueldad e infamia-asesinando a su propio pueblo. Un pueblo sin más armas que “la fuerza de la verdad” en resistencia pasiva a través de una desobediencia civil que instantáneamente nos rememora a Ghandi.
Desfalco y excesos
La parafernalia de coches último modelo, cuentas bancarias tan inmensas como la inflación de la economía venezolana son el menú de la Nicaragua que Darío soñó grande pero que sigue siendo al igual que en tiempos de Cristóbal Colón, a fines del siglo XV, vilmente saqueada.
Se suman numerosos viajes al extranjero a dónde su conciencia dizque revolucionaria no les debería permitir pisar: «el imperialismo norteamericano.” Pero no viajan a territorio gringo por placer únicamente. Traen consigo “chequera cristiana y solidaria» permitiendose la compra de mansiones, penthouses y apartamentos de lujo en zonas exclusivas de Miami, España y Costa Rica. Selfies ególatras exponen sus fiestas presumiendo en familia fotos con Mickey Mouse en Disneylandia. Todo en suelo del ‘’yankee injerencista” según ellos. Qué contraste no; un predicamento cínico que no viven pero pregonan.
El reclamo sobre el INSS tiene sustento, forma y fondo. Pero dialogar no basta. El pueblo quiere transformaciones profundas. La monopolización de medios de comunicación, el paroxismo de la desigualdad y el trafico de influencias para beneficio de un pequeño grupo y en perjuicio de una mayoría empobrecida y vilipendiada como Jesucristo en el madero.
La rebelión de las masas
Se revelaron los jóvenes, esa masa hercúlea que ha derrotado dictaduras por toda la faz de la tierra. Su arma; una conciencia pulida en casa que les impide permanecer inmóviles ante la represión y el descaro. Su aliada: La tecnología con smartphones. Ese invento que cabe en el bolsillo y que graba atropellos, violencia, ultrajes y asesinatos como el del periodista Ángel Gahona, ultimado mientras realizaba una transmisión en vivo en la zona del Caribe nicaragüense. Queda plenamente demostrada la existencia de un Gobierno arbitrario, hostil y autoritario. Twitter, Instagram y Facebook lo certifican con imágenes y videos que la comunidad internacional con espanto ha observado y condenado.
- Cinco formas en que las redes sociales cambiaron a Nicaragua.
- “Las redes sociales han sido nuestros ojos en Nicaragua».
Ese totalitarismo y sus acciones sangrientas es un flagelo que la sociedad nicaragüense se hartó de padecer. Cada muerto duele. En cada hijo fallecido vemos al nuestro. El dolor de esa madre que ya no lo verá entrar por la puerta, ni sentado en la mesa, se agiganta. Le pregunto a los orteguistas… ¿Se imaginan a uno de los suyos sin un ojo, con la vista mutilada por el resto de sus días? “Compañeros’’ ¿Qué sentirían si ven a su abuelo lanzado violentamente al suelo por un bribón ventiañero frente a la Policía que con ojos de apatía e indiferencia permite semejante barbarie? ¿No son ellos a quienes se le paga para resguardar la vida de toditos los nicaragüenses, no importando si es verde o amarillo su credo político?
Hemos visto personas de la tercera edad con la cabeza abierta por una pedrada asesina. Un sanguinario atentando contra unos indefensos ancianitos. ¿Es eso democracia?, ¿Se le puede llamar «Gobierno de todos» a uno que ordena a las fuerzas armadas y a una horda de holgazanes con camisas de la JS vapulear una marcha pacífica?
Corrupción en 3D
La corrupción como Hidra de Lerna con mil cabezas es otra queja. Un mal endémico que ha carcomido por décadas nuestra tierra. Ante tanta evidencia, la reflexión brota: ¿Creen que el general Sandino aplaudiría tanto despilfarro y derroche?, ¿Cuántos diputados, magistrados y ministros seguirán vivos si estuviese Augusto César entre nosotros?, ¿Para qué se hizo la revolución?, ¿Para callar la voz del pueblo a metrallazos?, ¿Acaso no fue por esa misma causa que se derramó tanta sangre derrocando la tiranía de los Somoza?
Y pensar que alguien dijo décadas atrás: “Mañana todo será distinto.” También se cantó que “los héroes no dijeron que morían por la patria sino que murieron.” ¡Qué desgarro saber que la primera frase sigue siendo un hornato y una utopia!, mientras la otra se ensancha macabramente con el país caminando al garete porque la administración actual demuestra incapacidad para gobernar patinando sobre la demagogia que les ha caracterizado desde su retorno a la presidencia.
El 70% de abstención apareció
El abstencionismo se quitó el velo. Ese 70 por ciento ninguneado que no votó el día las elecciones está en la calle pidiendo cuentas. Un reclamo que por derecho le corresponde. Sí, ese porcentaje que jamás se sintió interpretado por una fórmula rayada, con intereses claramente espurios a la cual los jóvenes les dice no más, como Durán frente a Leonard en la revancha. Ahí están los chavalos, fuerza indestructible y todopoderosa que dictadura alguna ha podido amedrentar.
El caso INNS es solo la nata. En mayor valor para discutir sobre la mesa de negociaciones están la institucionalidad, el sistema electoral, los abusos de poder y la corrupción en todas sus presentaciones como una forma de vida. Todos temas neurálgicos sin los cuales no puede cimentarse un dialogo diáfano.
Nuestro laureado Sergio Ramírez apunta que si Sandino pudiera ver lo que pasa en la Nicaragua sandinista de hoy, ‘’buscaría la tumba de nuevo. Porque lo que ocurre es una caricatura triste y atroz del pensamiento sandinista por el que se luchó’’. No lo dudo. Y estoy seguro que el general estaría en la otra esquina. Al lado de la juventud que ha enfrentado con levedad y estoicismo múltiples ataques, todos injustificados. Ellos sin duda poseen ese motor interno que no cesa. La marcha multitudinaria del 23 de abril de 2018 bajo un sol calcinante es la respuesta clara y precisa como la métrica en los versos de Rubén. Las réplicas por todo el país congregaron a más del millón de personas ondeando la bandera azul y blanco. Mientras en España el Cervantes de un hijo dilecto nacido en Masatepe era reverenciado por la brillantez de su prosa.
Un duelo inevitable
Definitivamente esto tiene que acabar. No entenderlo es aferrarse a lo imposible. Pero los reyezuelos cegados por las ansias de la perpetuidad repiten torpemente ese intento. La frase de Monseñor Silvio Báez: «Jóvenes ustedes son la reserva moral de este país» es una sentencia que tiene contra la pared al dictador y su consorte porque demuestra la sublevación de la inmensa mayoría. La satrapía pasa por alto que esa juventud es incomprable e insobornable, no endosa su dignidad por láminas de zinc.
La dictadura Ortega-Murillo parapetada en su búnker deberá enfrentar el choque electoral venidero del año 2021 y sabemos que con reglas de juego justas y transparentes la páliza en las urnas será apabullante. El recuento de los daños demuestra el enorme retroceso que causan ruines como Gadafi, Mussolini y Noriega. Todos intentando infructuosamente la perennidad. Ortega insiste en ese calco y provoca una involución, a la par, entierra los restos de una revolución extinta.
En el éter prevalece el dato colectivo de construir un país distinto e inclusivo indistintamente del mosaico ideológico. Tristemente la historia es cíclica- y los paralelismos siguen ahí mostrándose en Venezuela y Bolivia con la “claridad más oscura” de un modelo llamado populismo. Las hojas de dicha historia también nos demuestran el fin inexorable de cuanto dictador haya existido. Aquí no hay excepción. El brazo largo de la justicia siempre los atrapa vayan donde vayan. Ya lo dijo el Príncipe de las letras castellanas:
Temblad, temblad, tiranos, en vuestras reales sillas,
ni piedra sobre piedra de todas las Bastillas
mañana quedará. (Rubén Darío.)