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"Un ataque de pánico no son mariposas en el estómago antes de ir a una cita a ciegas, o nervios al aplicar a un puesto de trabajo; es una experiencia terrorífica"
*Este artículo no pretende ser científico. Si crees que sufres de ansiedad acude a un especialista.
Recuerdo la primera vez que viví un episodio ansioso: estaba en el baño de mi mamá mientras pasaba un problema familiar en la sala. Me sentía refugiada en medio de un campo de batalla. Sentí mis manos sudar, mi corazón acelerarse y dificultad para respirar. Empecé a imaginar los peores escenarios sobre lo que sucedía afuera. Lloré mucho, mi corazón parecía hacerse pequeño.
Tenía sólo siete años cuando empecé sufrir de ansiedad, la cual a veces es confundida con la reacción normal al peligro o a las situaciones incómodas. En numerosas ocasiones he escuchado a personas decir que dicen sufrir de ella por tener nervios antes de una exposición. Sin embargo, los trastornos de ansiedad son mucho más complejos que el miedo o la incertidumbre, es un problema de salud mental que mi generación ha banalizado.
Hace poco leía un artículo en Vice escrito por una persona ansiosa, en el que exponía su deseo de decirle al mundo que dejen de “confundir sus nervios con ansiedad…”. Me encantó por muchas razones, desde la honestidad con que fue escrito hasta la forma en que define el problema.
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Por eso, como una persona diagnosticada con ansiedad, me gustaría hablar sobre lo que es y no, este trastorno, pero sobre todo explicar cómo nos afecta a las personas que sí sufrimos de ello, si empiezan a creer que todo sentimiento negativo se explica con esta palabra.
¿Cómo se siente un ataque de ansiedad o mejor conocido como “panic attack”?»
No hay una sola lista de síntomas para determinar un ataque de pánico. Sucede de formas distintas según la persona que lo experimenta, pero sí existen similitudes. Por ejemplo, en mi caso, consisten en levantarme en medio de la noche con una preocupación poco lógica o imaginaria, con el corazón acelerado y la incapacidad de dormir otra vez.
Muchas personas lo describen como “sentir que te vas a morir”, lo cual es cierto. De hecho, existen personas que terminan en urgencias pensando que es un ataque al corazón, ya que el dolor en el pecho puede ser parte de los síntomas. En lo personal, nunca he experimentado esa sensación, pero sí confusión entre la realidad y lo ficticio; así como síntomas físicos, que aunque no impliquen dolor, causan dificultad para controlar la respiración.
Así que no, un ataque de pánico no son mariposas en el estómago antes de ir a una cita a ciegas, o nervios al aplicar a un puesto de trabajo; es una experiencia terrorífica e incontrolable en el momento.
¿Cómo se siente ser ansiosa con una pareja?
Hace mucho tiempo leí un artículo sobre por qué las personas con ansiedad amamos más, lo cual me pareció muy ofensivo. Yo no amo más, sufro más. Cuando estás con alguien y tienes una crisis de ansiedad, puedes llegar a arruinar la relación por razones pequeñas, sólo porque en tu cabeza se hacen graves.
Romantizar la ansiedad es como romantizar los problemas mentales de grandes artistas, como menciona Hannah Gadsby en su standup de Netflix: Nanette. Ella, graduada en historia del arte, explica cómo grandes pintores que sufrían de esquizofrenia u otros trastornos, se trataron médica y psicológicamente. Porque la creatividad no viene de sufrir o estar “loco”, y tampoco el amor.
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La ansiedad me ha hecho más daño que mis parejas. En algunas relaciones, incluso de amistad, mi cerebro me tortura con pensamientos que intentan adivinar lo que la otra persona siente. El overthinking es resultado de crisis ansiosas, y como dice Drexler, no hay que pensar de más…
¿Cómo afecta mi vida profesional?
Si normalmente se sienten nervios antes de un examen o entrevista de trabajo, con ansiedad posiblemente no duermas una semana pensando en lo que pasará. Además, los peores escenarios aparecerán en tus sueños, porque nos hace un poco paranoicos sobre el futuro, tanto, que no nos deja ver los hechos.
Otra gran consecuencia es el congelamiento. Me refiero a ocasiones cuando te sientes tan inquieta y mal sobre algo que debes terminar, que te paralizas y no puedes concentrarte. He llegado a puntos donde tengo tanto miedo sobre el resultado, que ni lo intento; ésto me ha causado muchos arrepentimientos y posiblemente me he negado oportunidades a mí misma.
El autoboicot es un clásico en la vida de una persona ansiosa. Llegamos a creer que no somos capaces, las inseguridades nos ganan y todo termina en inacción.
¿Por qué está mal romantizar (o normalizar) la ansiedad?
Simple, si empezamos a creer que todo es ansiedad, entonces nada realmente lo es. Esta banalización termina por subestimar las experiencias de algunas personas, y no verla como un trastorno, lo que puede llevar a un mal diagnóstico o a la toma innecesaria de ansiolíticos.
Vivir con este sentimiento de miedo e inseguridad no es cool.
¿Qué hacer si piensas que sufres de ansiedad?
Como les había comentado en un artículo anterior, yo decidí tratarme con psicoterapia y medicamentos. Ahora, mucho más estable, ya he dejado de tomar los ansiolíticos y tengo sesiones con mi terapeuta cada cierto tiempo, especialmente cuando identifico que se acerca una crisis.
Sin embargo, esa es mi forma de manejarla. El ejercicio puede ser una ayuda muy grande, pero no se me da (jeje). Cada persona puede elegir la forma más efectiva y cómoda para llevar este trastorno, lo importante es combatirlo y no dejar que tome control sobre nuestras vidas.