En pantalla

Psicópata de cuatro décadas: Michael Myers regresa en «Halloween»

En 1978, nadie podía saber que “Halloween” se convertiría en un clásico. Cuarenta años después, parte de los creadores de la película original se han reunido para una secuela

“Halloween”
Dirección: David Gordon Greene
Duración: 1 hora, 46 minutos
Clasificación: * * * (Buena, recomendada con ciertas reservas)

En 1978, nadie podía saber que “Halloween”, modesta producción independiente concebida para hacer plata rápida, se convertiría en un clásico. La película retomaba convenciones y arquetipos del giallo italiano, reconfigurándolas en un escenario eminentemente norteamericano –el suburbio donde todo el mundo se conoce–, con un irresistible gancho temático: la acción se desarrolla durante la fiesta pagana que encanta a niños y adolescentes. Precursor del slasher film norteamericano de los 80, generó una ola de imitaciones y seguidores que diluyeron su impacto. Inspiró directamente las franquicias “Viernes 13” y “Pesadilla en la Calle Elm”.

Cuarenta años después, parte de los creadores de la película original se han reunido para una secuela, bajo el liderazgo del director David Gordon Greene y su coguionista, Danny McBride. El director de la original, John Carpenter, da su bendición asumiendo la producción. Jamie Lee Curtis regresa como Laurie Strode, la “chica final” que sobrevivió en la primera película, y que ahora tendrá una fatídica reunión con su depredador. Marvel y Sony no tienen el monopolio sobre las demandas antojadizas de la audiencia. Estamos supuestos a asumir que esta película homónima es una secuela directa del filme original, obviando la existencia diez secuelas y reinvenciones, incluyendo “Halloween H20” (Steve Miner, 1998), en la cual Curtis repitió el papel en parámetros similares a los de este filme.

Si algo le da razón de ser al nuevo “Halloween”, es servir como oportunidad para que Curtis se luzca. En estos cuarenta años, Laurie se ha convertido en una reclusa paranoica. Al mejor estilo de los “sobrevivencialistas” que se preparan ante la debacle de la sociedad moderna, ha convertido su casa en una especie de fortaleza, dotada de trampas y pasadizos secretos, y maneja un amplio arsenal de armas. Tiene certeza de que Michael regresará por ella. El estrés postraumático le ha costado tener una vida normal. A pocos kilómetros, en Haddonfield, vive su hija Karen (Judy Greer) y su nieta Allyson (Andi Matichak). La adolescente tiene un grupo de amigos que servirá de carne de cañón cuando en la noche de Halloween, Michael regrese a casa. La peor pesadilla de Laurie está a punto de convertirse en realidad.

Al posicionarse como una secuela directa, la película corteja comparaciones con la original. A pesar de su legítimo aprecio, no pueden competir. La secuela tiene a tres generaciones de mujeres repartiéndose el protagonismo, pero no tiene nada nuevo que decir sobre la mujer en la sociedad –a pesar del machismo que coloreaba a sus imitadores, teóricas del movimiento feminista reclamaron el filme original como un documento subversivo del patriarcado, con ricos personajes femeninos–. El guion coquetea con explorar el lugar que la violencia de las armas de fuego ocupa en la sociedad norteamericana. El arsenal de Laurie es notable, y en un momento inquietante. Duplican esa escena del original, en la cual Michael la observa en el aula de clases, a través de una ventana. Solo que ahora, es Laurie la que observa a su nieta. ¿Puede la abuela ser un peligro para ella? ¿Puede el trauma convertirla en un agente de destrucción y autodestrucción? Son preguntas inquietantes, pero la película no hace nada más que construir el momento y dejar los temas en el aire. Es una cita provocadora, pero vacía, como las tomas largas que siguen a Michael mientras merodea en busca de víctimas, emulando la legendaria escena inicial de la primera película.

Este “Halloween” pertenece a nuestro tiempo. Dos desafortunados periodistas productores de podcast se cruzan en el camino de Michael. Haddonfield está racialmente integrado. Una tensa secuencia se escenifica en la cómoda casa de dos profesionales de raza negra, con una chica rubia (Virginia Gardner) cuidando a su pequeño hijo (Jibrail Nantambu). El médico que cuida de Michael, el doctor Sartain (Haluk Virginer), es interpretado por un actor turco. Omar J. Dorsey se roba un par de escenas como un sheriff afroamericano de vistoso traje vaquero, pero la película no sabe qué hacer con él y simplemente desaparece.

“Halloween” tiene un acabado más elaborado que su antecesora –no parece un filme de bajo presupuesto–, pero en el fondo, es una pálida sombra de su antecesora. No puede duplicar su impacto cultural. Sin embargo, funciona como homenaje y ejercicio de suspenso. Apropiadamente tenso y grotesco, eleva el estándar del horror taquillero actual.

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