Perfiles

Harley Morales, universitario y miembro de la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia

“Seguimos apostando por el adelanto de elecciones”
Harley Morales vive en casas de seguridad tras la persecución del régimen de Daniel Ortega. Carlos Herrera | Niú.

A diez meses de las protestas, el vocero estudiantil se ve obligado a vivir en casas de seguridad: “El diálogo con Daniel Ortega pasa por la liberación de los presos políticos.”

     

Nota del editor:

Dos días después de la transmisión de esta entrevista con Harley Morales, el domingo 17 de febrero en el programa Esta Semana, el joven anunció (vía Twitter) que «por motivos personales» se desligaba completamente de la Alianza Universitaria Nicaragüense (AUN).
Su renuncia también ocurre tras la intensificación, en redes sociales, de los señalamientos en su contra por supuestos abusos físicos y psicológicos contra varias mujeres. Niú consultó nuevamente a Morales, tras la entrevista original, y él respondió: «Creo que vivimos en una sociedad en donde hemos incorporados patrones meramente patriarcales, lo cual nos lleva en algún momento a reproducirlos en muchos ámbitos de nuestra vida, como las relaciones de noviazgo. No puedo decir que no he cometido errores en el pasado, ¿quién no?, pero he tratado, a través de procesos y personas valiosas, a cambiar, lo cual es una lucha diaria».
Morales alega que ahora trata de «establecer relaciones más igualitarias entre todas las personas» con las que se relaciona. Y agregó: «Me disculpo si en algún momento dañe a alguien».
Además, dijo que «el cometer errores del pasado no lo hace a uno no tener derecho de luchar por el cambio que tanto queremos. Ahí también debemos comprender que esto es un ir y venir de aprendizajes».

Desde el 18 de abril del año pasado, Harley Morales vive en la clandestinidad. Este joven de 27 años, estudiante del último curso de Sociología de la Universidad Centroamericana (UCA), dejó las aulas para involucrarse en la insurrección cívica que exige la salida de Daniel Ortega.

Era miembro de la Alianza Universitaria Nicaragüense (AUN), uno de los movimientos estudiantiles que integran la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia y abandera la lucha contra la dictadura, empujada por la violencia y la masacre contra los manifestantes.

Aunque siente que el Diálogo Nacional fue utilizado por el gobernante para oxigenarse y continuar la escalada represiva, está seguro que de sentarse nuevamente las cosas cambiarían. “Hemos aprendido”, valora, y está convencido de que la liberación de los presos políticos es condición para reinstalar un diálogo con Ortega.

Morales además niega ser un títere del sector empresarial y estima que durante la lucha cívica ha aprendido más que en las aulas de clase, a las que por ahora no puede volver. También acepta sentir temor ante la persecución, pero insiste en que se mantendrá en Nicaragua luchando y denunciando hasta ver un verdadero cambio político en el país.

Han pasado casi diez meses desde el inicio de las protestas y muchos jóvenes murieron, otros están presos. ¿Valió la pena este levantamiento?

Creo que sí, y creo que vale la pena seguirlo haciendo, seguir luchando. A pesar de que muchos se fueron al exilio, muchos están presos, muchas organizaciones estudiantiles que empezaron en abril se han desarticulado, creo que vale la pena seguir luchando porque viene una oportunidad histórica de construir una sociedad realmente democrática… el respeto y reconocimiento que han ganado los jóvenes es tan grande que no podemos dar un paso atrás y tenemos que seguir dando la batalla.

Estabas en tu último año de Sociología. Básicamente perdiste dos años ya casi de tu carrera. ¿Cómo ha cambiado tu vida desde ese momento?

Estaba trabajando mi tesis monográfica. Yo trabajaba un tema sobre trabajadores por cuenta propia. A nueve meses te digo que he aprendido mucho más que en toda mi carrera. Esto ha sido un laboratorio político—práctico, sobre todo para los que hemos entrado de lleno a esta lucha. Ha cambiado mi vida. Mucho, porque tengo un mes y medio, casi, de no ver a mi familia completamente, por el asedio y cómo se ha agudizado de manera selectiva a varias personas.

Este joven de 27 años asegura que la liberación de los presos políticos es la primera condición para dialogar. Carlos Herrera | Niú

¿Cómo es tu día a día?

Nosotros vivimos en casas de seguridad, pero no creemos que sean completamente seguras. Lo que hacemos es tener jornadas de trabajo, de reflexión, mantenernos activos en todos los espacios posibles. Por ejemplo, luchar por reactivar los comités en la Alianza, en la Unidad, y estar activos en los espacios que nos hemos ganado en esta lucha.

La gente se pregunta quién los mantiene a ustedes…

Cuando empezó la insurrección, la autoconvocación también trajo la formación de muchos grupos de apoyo. Empezamos a hacer red con ciertas personas y empezaron a apoyarnos jóvenes profesionales, personas del sector laboral, del sector privado y sector universitario que nos han ayudado con distintas cuestiones, ya sea facilitándonos casas de seguridad, facilitando alimentos. Al principio era una cuestión menos planificada, y ya a nueves meses tenemos una red muy amplia, muy coordinada y estable que nos sigue apoyando a este momento.

¿Cómo se están organizando los jóvenes, porque muchos se han ido del país o están presos?

Es muy difícil tratar de organizarse desde las universidades, tenemos que innovar otras formas organizativas. Te podría decir que estamos tratando de organizar un movimiento estudiantil fuera de las universidades, eso es distinto a cómo se ha construido siempre. Tratamos de construir una red nacional, con todos estos movimientos para coordinar campañas de resistencia cívica que no solo generen un impacto inmediato, sino que ayuden a visibilizar la unidad en la acción. Creo que esto es lo más importante y esto ha sido lo más difícil.

 ¿Vos tenés comunicación con los que están fuera del país, con Lesther Alemán, con Víctor Cuadras, con Fernando Sánchez, con todos los líderes que estuvieron en el diálogo encarando a Ortega?

Con Lesther claro, porque es de mi movimiento, de la Alianza Universitaria (AUN). Con Jean Carlos también, del Movimiento Estudiantil. Con Víctor nos comunicamos poco, pero nos comunicamos a través de Valeska (Valle) que es del Movimiento Universitario 19 de Abril, con Madeleine (Caracas)….

Harley Morales fue miembro de la Alianza Universitaria Nicaragüense que se unió a otros grupos de estudiantes durante las protestas. Carlos Herrera | Niú

Te pregunto esto porque desde fuera, la gente percibe que los estudiantes también están divididos, que hay una fractura y que no hay comunicación entre ustedes. ¿Es cierto esto?

Hay distintas maneras de cómo se ejerce la lucha estudiantil, y no es que estemos divididos, sino que estamos llevando a cabo modelos distintos de la lucha universitaria. Hay unos que creen que la lucha debe llevarse desde dentro de las universidades, nosotros creemos que es desde fuera. Se ve quizás fracturado porque a lo mejor no podemos salir a la luz pública, como un solo bloque tal y como lo hacíamos al principio.

La gente también percibe que la calle se ha perdido, porque son pocas las expresiones de protesta en la calle. ¿Se va a volver en algún momento?

Perder la calle puede ser una forma de llamarlo, (pero) yo creo que nos han imposibilitado nuestro derecho a la protesta… El régimen siente que su mayor adversario es la empresa privada, y siente que la única manera de hacerlo es sentarse de nuevo con ellos, por eso es que están tratando de hacer las reformas fiscales, y que el sector privado se acerque a ellos, y ellos (el sector privado) no lo van a hacer. Entonces en ese momento, nosotros como estudiantes, vamos a exigir y vamos a seguir exigiendo nuestro derecho a la movilización.

Harley Morales negó ser una pieza del sector empresarial y asegura que mantiene reuniones con diferentes sectores. Carlos Herrera | Niú

 En algún momento ustedes como líderes dijeron que tenían ciertas suspicacias de los empresarios, porque ellos tenían un matrimonio con la pareja presidencial por años, que se rompió a partir de abril. ¿Siguen con este temor?

Creo que nosotros tenemos temor de cualquier actor, en momentos de excepción creo que vos solo te confías de tu compañero del día a día… hemos tratado de darles un mínimo de confianza y en estos momentos nosotros estamos conscientes de que no hay pactos por debajo de la mesa, no por una cuestión de “que buena gente son los empresarios”, sino porque la sanción por parte de organismos internacionales podría ser muy fuerte. Creo que ellos lo han dicho, y el presidente del Consejo Superior de la Empresa Privada ha dicho: “No hay acuerdo económico si no hay acuerdo político”. Eso nosotros también se lo hacemos saber…

Algunos te han señalado a vos directamente de ser una pieza de los empresarios…

Yo creo que siempre hay cierto acercamiento con ciertos actores, a nosotros nos podrían decir que somos una pieza de los empresarios, pero también nos reunimos con el sector laboral, con el Comité de Familiares de los Presos Políticos… A nosotros no nos preocupa nada, más bien a veces hasta nos reímos un poco, porque nos dicen “Juventud Cosep”. A nosotros no nos llama la atención tener un pacto con la empresa privada. Sabemos cuál es nuestro rol como estudiantes y en la nueva Nicaragua sabemos que lo que tenemos que hacer es fortalecer nuestro modelo de sociedad civil, para poder exigir un modelo más equitativo y hacer más demandas de bienestar social.

Algunos líderes estudiantiles se tuvieron que ir al exilio, otros están en la cárcel. Algunos se cuestionan, ¿por qué vos no? ¿Qué respondés a eso?

Creo que tiene que ver con las condiciones, con la red que has podido construir para apoyarte y una decisión de quedarte. Hace poco, saliendo de una reunión con los eurodiputados, estuve a punto de ser secuestrado, y en ese momento las personas que estaban conmigo me decían: “Vos mañana te tenés que ir”. En ese momento mis compañeros y compañeras decidimos que no, porque desde hace un tiempo dijimos que no, y estamos dispuestos a asumir los riesgos más altos en estos momentos.

Uno de los eurodiputados mencionaba que se necesita diálogo, pero que se necesita un diálogo más allá de las cámaras. ¿Cómo sería posible un diálogo en el futuro?

Si se reinstala un diálogo, definitivamente debe ser diferente… Nosotros no estamos en pro de un diálogo que trate de dilatar el proceso. Nosotros hemos aprendido que Ortega, en cuanto al Diálogo Nacional, sabemos que lo usó para oxigenarse, y tiene que haber un ambiente para que sea posible, y eso pasa por la liberación de los presos políticos. Creemos que ese tiene que ser un ambiente mínimo para que haya diálogo y negociación.

 Ante una probable salida de Ortega con elecciones libres, ¿estamos preparados?

La experiencia nos dice que, si Ortega decreta que va a adelantar las elecciones, si hay forma de cómo organizarse en tres o cinco meses, como pasó en los 90. Pero para nosotros, lo más importante es que haya reformas electorales que garanticen que no se vayan a robar el voto. ¿De qué nos sirve a nosotros que Ortega diga: “decretamos adelantar elecciones”, si sabemos que se las va a robar? Seguimos apostando por el adelanto de elecciones, que no es un capricho, sino un adelanto de elecciones porque este modelo ya no es sostenible. Si seguimos de esta manera, como estamos, creo que todos y todas nos vamos a ir a la destrucción.