En pantalla
El Hombre Araña, resulta ser una de las mejores y más refrescantes películas del año. Cada versión del personaje esta dibujada de acuerdo a su estilo particular
En esta columna, ya me he quejado varias veces del agotamiento que arrastra la abundancia de películas de superhéroes. “Black Panther” (Ryan Coogler, 2017) fue un punto brillante en el miasma del “Universo Marvel” y el malogrado “Universo DC Comics”. Quizás por eso, tardé tanto en darle una oportunidad a esta incursión animada en la mitología de El Hombre Araña, que resulta ser una de las mejores y más refrescantes películas del año. Es una suerte que aún se esté presentando en cines, porque tiene que verla en la pantalla más grande posible.
En Nueva York, el joven Miles Morales (Shameik Moore) trata de encajar como estudiante becado en una escuela para jóvenes privilegiados. A pesar de su torpeza, logra entablar amistad con Gwen Stacy (Hailee Steinfeld). Todo cambia cuando una misteriosa araña lo pica, transmitiéndole poderes extraordinarios. Suena como la misma “historia de origen” que ya hemos visto varias veces. Pero no lo es. La primera novedad tiene que ver con la etnicidad de los personajes. Miles es hijo de Jefferson Davis (Brian Tyree Henry), un policía negro, y Rio Morales (Laura Lauren Vélez). Los alérgicos a la inclusión podrán quejarse, pero la naturaleza multicultural del núcleo familiar se siente orgánica y convincente. Al menos, es congruente con la vida en el Nueva York contemporáneo. El estilo de la animación aporta su cuota de novedad, al invocar la matriz de colores de las celdas de un periódico. A ratos, la disposición de puntos genera incluso la sensación de estar viendo 3D sin necesidad de lentes.
Miles aún no ha aprendido a usar bien sus poderes, cuando su camino se cruza con el genuino Hombre Araña (Chris Pine), quien sufre un terrible golpe mientras trata de detener un funesto experimento financiado por el magnate Wilson Fisk “Kingpin” (Liev Schriever), tratando de devolver a la vida a su esposa e hijo. La máquina que ha diseñado con Doc Ock (Kathryn Hahn) hace que colapsen los límites entre realidades alternativas, inundando el mundo de Miles con otras versiones de Spider Man: así, nos llega un Peter Parker echado a perder (Jake Johnson), congruente con el hilo narrativo de la trilogía de Sam Raimi (2002-2007); Spider Man Noir (Nicolas Cage), caracterizado como un detective al mejor estilo de los film noir de los años 40; Penni Parker (Kimiko Glenn), una colegiala japonesa del futuro que se mueve dentro de un robot con el cual tiene una conexión telepática; y Spider Ham, un cerdo antropomorfo que parece Porky dentro de un disfraz rojo y azul, hecho a su medida.
Armar una trama con las múltiples encarnaciones del personaje resuelve uno de mis puntos de contención con la dinámica narrativa de esta era dorada del cinecómic: la constante “reinvención”, para mantenerse atractivo al público adolescente. En los últimos 16 años, además de Tobey Maguire, Andrew Garfield protagonizó una trilogía truncada en la eterna reyerta por los derechos de explotación del personaje. Actualmente, Tom Holland lleva el traje en el “Universo Marvel”. Al invocar tantas variables, conectadas con diferentes épocas, este nuevo “Spider Man…” remarca el carácter universal e intemporal del arquetipo, a la vez que contribuye a cimentar la lucha por representación diversa en el cine comercial. Cada época merece su héroe, y cada grupo también.
Las buenas intenciones se ven sustentadas por un derroche de creatividad. Cada versión del personaje esta dibujada de acuerdo a su estilo particular. Spider Man Noir parece salido de una tira cómica de detectives en un periódico de los años 30; Penni es una refugiada del animé japonés, y Spider Pig podría figurar en una serie de Hanna Barbera. Todos coexisten armoniosamente en un “universo” de un esteticismo magnífico. Más allá de los parámetros de la trama, esta es una de las películas más hermosas que verá en el año. Da ganas de tenerla corriendo perpetuamente en la televisión de su casa. Esto es lo más cercano que podemos estar a enmarcar uno de sus fotogramas y colgarlo en la pared.
Lo único negativo, es que su exuberancia deja en vergüenza a las películas de héroes que aspiran a construir una realidad concreta y reconocible, con actores de carne y hueso y animación digital. Introducirse en el “Spider-Verse” es un sueño del que no querrá despertar.
“Spider Man: Un Nuevo Universo” (Spider-Man: Into the Spider-Verse)
Dirección: Bom Persichetti, Peter Ramsey, Rodney Rothman
Duración: 1 hora, 57 minutos
Clasificación: (Excelente)