Tecnología

Cinco formas en que las redes sociales cambiaron a Nicaragua
Ilustración: Juan García | Niú

El uso de las redes sociales y cómo los nicaragüenses interactúan en el mundo virtual cambió radicalmente después de la crisis

El 18 de abril marca una ruptura en el tiempo. Un antes y un después. Y, sobre todo, un cambio. La mayoría de las costumbres y comportamientos de los nicaragüenses se han modificado y ajustado a los tiempos de crisis y las redes sociales no son más que un espejo de estos cambios; tanto al inicio de la crisis como ahora, más de un año después.

La cantidad de información y opiniones que se han compartido al respecto es gigantesca: Solo entre marzo y junio de 2018, se produjeron más de tres millones de tuits al respecto y se compartieron más de diez mil videos, detalló el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) en su informe. De hecho, el análisis de la información compartida en redes fue clave para establecer los crímenes de lesa humanidad que ha cometido el régimen desde abril.

“Durante las protestas en Nicaragua, las redes sociales ejercieron su rol como medio de comunicación adicional (…) Permitieron dar visibilidad internacional a los hechos, compartir y diseminar información sobre las convocatorias a las marchas, la represión, la inseguridad, la presencia de grupos de choque y grupos armados. Además, permitieron que los asistentes a las manifestaciones compartieran imágenes y videos sobre el desarrollo de las mismas, en muchas ocasiones solicitando auxilio”, reza el Informe del GIEI, sobre los hechos de violencia ocurridos entre el 18 de abril y el 30 de mayo de 2018.

Niú hace un recuento de las cinco formas en que esta “realidad digital” cambió a raíz de la crisis: Desde cómo los usuarios comparten información hasta cómo la consumen y cómo se identifican. Los momentos clave de la crisis, las convocatorias masivas, los lives e incluso cómo los usuarios han aprendido a identificar las noticias falsas que promueve el Gobierno también desde estas plataformas.

  1. Los usuarios: antes y ahora

La forma en que los usuarios utilizan y para qué entran a las redes sociales, es uno de los cambios más evidentes. “Antes de la crisis utilizaba las redes sociales para divertirme, ver memes o publicar sobre mi vida social y profesional, nunca leía de política o de economía. Pero desde el 18 de abril, todo cambió. Diario entro a redes para informarme y esperar que al fin ‘ese’ sea nuestro día de libertad”, comenta Alexandra Cuadra, usuaria de redes y especialista en Marketing Digital.

“Al inicio yo estaba más informado que mi mamá y mi tía, que pasaban viendo noticias en la televisión. Pero en un punto mi mamá estaba más informada que yo, enviando videos, fotos, comunicados. De repente miraba a mi tía en su celular, viendo lives de 100% Noticias, de La Prensa y de otros medios independientes. Incluso viendo noticias en YouTube. O sea, ni yo me informaba en YouTube. Clase loquera”, añade el joven de 25 años, Gabriel Meléndez, usuario de redes y creador de contenidos digitales.

La mayoría de usuarios como Alexandra y Gabriel, incluso tuvieron que cambiar su “nickname”, es decir, el nombre con el que se identifican en redes, puesto que, así como la sociedad se dividió en dos; las redes también lo hicieron. Y desde su perspectiva, así se evitan amenazas directas de los usuarios de redes que son afines a la dictadura.

“Las redes sociales son una radiografía de la sociedad fragmentada. No se puede obviar esa imagen dividida de un país que se establece, por calificativos negativos de: por un lado, los que son afines al régimen como ‘sapos’ o ‘zequedistas’ y, por otro lado, las personas del movimiento azul y blanco, que son llamados ‘puchitos’ o ‘golpistas”, considera “Osvaldo”, uno de los encargados de publicar en la cuenta de Facebook de Patria Libre y Vivir, creada después de la crisis.

      1. Nacimiento de cuentas emblemáticas

De un momento a otro y después de abril, muchos usuarios comunes se convirtieron en “cuentas emblemáticas” para la lucha cívica. Desde entonces se han encargado de informar, divulgar, convocar o ejercer acciones digitales para promover un cambio social. Pero también surgieron cuentas colectivas para informar sobre lo que pasa en Nicaragua. Ese fue el caso de la Red de Árlenes Siú, una cuenta que antes de abril pertenecía a una persona, pero que, a partir del 20 de abril, cedió su contraseña para convertirla en un espacio de activismo digital.

“La Red de Árlenes Siú nació para tratar de verificar noticias, dar tips anónimos para otras personas y dar seguimiento de personas desaparecidas y aparecidas. Con el compromiso de hacer todo lo posible para tener contenido veraz y pertinente. Desde esa plataforma sentimos que le dimos confianza a los nicaragüenses dentro de nuestro anonimato”, relata una “Arlen”, vía Mensaje Directo en su cuenta de Twitter.

Otras cuentas como Team ADNIC (Activismo Digital Nicaragüense), nacieron específicamente como plataforma de “lucha en la búsqueda de la democratización, justicia y libertad de Nicaragua”, cuenta a través de WhatsApp, uno de los 27 miembros actuales de ese equipo. Ellos también trabajan desde el anonimato en Facebook, Twitter e Instagram, creando hashtags a manera de campañas, consiguiendo “apadrinamiento” a presos políticos y gestionando ayuda humanitaria a familiares. También investigan, realizan mapeos de presos políticos y de incidencia diaria de la represión, detalla el encargado.

Patria Libre y Vivir es otra cuenta similar: no tenía presencia en redes sociales antes del 18 de abril, pero “reconocimos de que existía y existe un vacío en la promoción, conceptualización y ejecución de estrategias de lucha no violenta. Y nosotros nos hicimos cargo de hacerlo. Hemos divulgado convocatorias a marchas en su momento, creado contenido de cómo protegerse y resguardarse ante cualquier agresión y elaborado pequeños manuales como hacer los piquetes exprés, cuál es la mejor manera para grabar lives en momentos de represión y cómo proteger tu identidad. Cosas que pueden ser obvias pero que son muy útiles”, dice Osvaldo.

#OcupaInss, aunque no nació a partir de la crisis de 2018, es considerado como uno de los principales antecedentes de la realidad digital que se vive hoy. Las plataformas de OcupaInss desde su creación en 2013, han sido un referente del uso de las redes sociales para movilizar, organizar y denunciar violaciones a los derechos humanos. Esa experiencia de documentación de violaciones a los derechos humanos que se vivió en el 2013 y  la necesidad de mantener viva la memoria colectiva que protagonizó OcupaInss, sirvieron de referencia para la comunidad nicaragüense cinco años después.

“El 19 de junio de 2013 fuimos víctimas del autoritarismo y el terrorismo de Estado del Gobierno Ortega Murillo al ser atacados por fuerzas para-estatales en complicidad con la alcaldía y la Policía Nacional. A partir de estos hechos, las cuentas se han utilizado para denunciar y documentar estos crímenes, luchar contra el discurso estatal que negó ésta protesta cívica y contra el olvido colectivo usando la etiqueta #J22NoSeOlvida”, contesta el colectivo vía Twitter.

#OcupaInss decidió sumarse a las protestas que surgieron en abril 2018, y en conjunto con activistas de #SOSIndioMaiz decidieron protestar en contra de las reformas INSS. Desde esa plataforma y a partir de la fecha, también vivieron el cambio: Las redes “antes eran un espacio principalmente de distracción o para comunicarse con familia en el exterior y ahora utilizamos las redes sociales como fuente de información: damos y recibimos información inmediata. nos movilizamos y organizamos a través de convocatorias realizadas en redes sociales, proponemos y expresamos, las redes sociales se han convertido en el espacio para poder participar, aún de forma anónima”, finalizan.

Y estas, son tan solo algunas  de cientos, quizás miles de cuentas en redes sociales, principalmente en Twitter, que nacieron después del 18 de abril y a la fecha continúan dedicándose a promover información referente a las violaciones constantes a los derechos humanos que protagoniza la dictadura.

  1. Los momentos que se vivieron en  “Live”


El video dura 4:36 minutos. Es de noche. Se observa una protesta.

— “Continuamos ahora en la parte del frente la Alcaldía Municipal, en donde los jóvenes están tirando piedras (…)” , relata el periodista

Es Bluefields. 21 de abril de 2018. Mientras transcurre la grabación en vivo se escuchan indescriptibles reclamos, piedras. Aún no se oyen disparos.

— Ángel, cualquier cosa me avisas para correr

— Sí hombre

Se escucha apenas una conversación, quizá entre dos colegas. Es Ángel Gahona, que casi en mitad de la transmisión, continúa narrando cómo continúa la protesta.

— «Estos jóvenes están protestando desde las tres de la tarde», dice

Se observa en cámara a uno de los protestantes con quien inicia Gahona una entrevista.

— Nosotros, el pueblo de Bluefields nos levantamos con ánimo y todo para protestar por nuestros derechos y a favor de los jóvenes caídos en el departamento de Managua (…)

La entrevista se interrumpe por un alboroto.

— Vamos a buscar dónde refugiarnos nosotros, ya que la Policía se dirige a este lugar donde estamos. Nosotros vamos a continuar con esta transmisión en vivo (…), detalla Gahona. Ya los jóvenes se están corriendo hacia lo que es el obelisco al ver la presencia policial aquí, describe.

Se distinguen antimotines cruzando la calle.

— Vamos acercarnos nosotros hacia lo que es la parte de enfrente de la alcaldía municipal, para llevarles a ustedes imágenes del daño que han hecho (…)

Caminan policías y antimotines frente a la cámara.

— Esto es lo que se está viviendo en este momento en la Alcaldía.

Se ven imágenes de los daños.

— Podemos ver la puerta y la pared del cajero de Banpro totalmente destruida.

Se escuchan dos disparos. El celular cae.

— Ángel

— Ángel

— Ángel

Se escuchan gritos

— Cayó Ángel

— Ángel, no

— Ángel, no

Termina la transmisión.

Este es el video por el que miles de nicaragüenses presenciaron la muerte del periodista Ángel Gahona, en pleno ejercicio de su labor periodística. La cantidad de videos que se vieron “en vivo” durante los meses más crudos de la represión orteguista, son muchísimos. Pero son pocos los que se recordarán tanto como la transmisión en la que se ve el asesinato de este periodista de Bluefields.

El informe de 500 páginas del GIEI, también dedica una buena parte a describir lo que se compartió en redes sociales y formatos lives, como el incendio de Radio Darío el 20 de abril, enfrentamientos en la Upoli entre antimotines y universitarios, cobertura de la marcha de las madres y protestas en Monimbó.

“Los medios de comunicación también recogieron y confirmaron lo que se transmitía por redes y gracias a los lives por fin dejaron ese prejuicio que un video grabando de celular no era digno de aparecer en televisión y fue ahí que empezaron a verse los lives en Canal 10, 100% Noticias”, recuerda Manuel Díaz, creador del portal Bacanalnica y experto en redes sociales y web.

Lo de los lives fue algo increíble y triste a la vez. Recuerdo los lives de los ataques nocturnos a la UPOLI y el del ataque de la UNAN. No me despegaba del celular y siempre conectado al cargador. Me daba una ansiedad horrorosa y muchas veces terminaba llorando, pero creo que al final fue un medio importantísimo porque eso impidió a la Policía hacer más daño del que ya estaban haciendo”, añade Gabriel.

  1. La ola de noticias falsas

Uno de los argumentos, que aún mantiene el régimen, es calificar a los manifestantes denominados como azul y blanco como «fabricantes de mentiras» pues en redes sociales, aquel 18 de abril se esparció la noticia de una persona muerta, que en realidad no había fallecido -al menos no hasta ese momento-. El informe del GIEI, detalla con minuciosidad cómo se originó la noticia: Fue a partir de dos cuentas «atípicas» que publicaron el mismo mensaje y en una de ellas fue borrado.

Al respecto, el informe asegura que “los mensajes sobre un muerto y mensajes desmintiendo la noticia, se concentran en la noche del 18 de abril, sin tener mucho impacto (…) – y además que la publicación “no justificó la represión hacia las protestas. La represión se dio en un primer momento y después se publicaron mensajes sobre un muerto”, dice el informe.

Manuel Díaz aclara que hay que saber diferenciar entre una noticia falsa o “fake news” y una opinión o desinformación de los usuarios comunes. “En general, fake news solo veo de parte del Gobierno y lo explico de esta manera: para mí fake news o noticias falsas implica que alguien un profesional o medio encargado de hacer noticias publique una nota sobre algo que no es cierto, intencionalmente”, aclara Díaz.

De acuerdo al experto, algún medio o profesional del periodismo, puede equivocarse y eso no debería ser considerado como “fake news”, si el medio o profesional lo aclara en la brevedad posible, “pero sí es intencional, entonces sí es noticia falsa. Y eso solo lo he visto de parte del Gobierno. Lo que sí hay un montón en redes sociales son opiniones, es información sin ningún contexto, de gente compartiendo cosas que ‘vio’. Eso no es fake news, son opiniones de gente desinformada, que eso no son noticia; son memes, son publicaciones, es basura, es ruido, pero de eso está lleno internet”, finaliza Díaz.

  1. El increíble poder de convocatoria

Según Manuel Díaz, WhatsApp, aunque no la considera una red social como tal, fue el canal de comunicación y divulgación de mayor importancia durante la crisis. “WhatsApp con esa facilidad de uso y esa facilidad multimedia: audio, foto, video, texto, para mí tuvo un papel mucho más importante que Facebook o Twitter. Creo que salvó vidas, creo que organizó marchas, que sin ser red social ni tener el supuesto de tantos millones, jugó un papel muy importante. Todavía hay grupos que no me acuerdo ni como entré a ellos, pero que son verdaderas comunidades donde se publica información privilegiada y que no se ve en redes sociales”, dice.

Alexandra Cuadra, al respeto comenta que el poder de convocatoria que se vio a través de redes sociales era casi inmediato. “No había manera de que no te enteraras que se haría una marcha. A mí me etiquetaban por todos lados. Era cuestión de ver un arte y ya estabas listo con tu bandera”, recuerda.

Gabriel Meléndez igualmente comenta que “las iniciativas siempre nacieron ahí (en redes), incluso antes del 18 de abril mirabas cómo se organizaban plantones y marchas. Ya después –del 18- con la ayuda de los medios tradicionales, fue que la bola de nieve creció hasta convertirse en esas marchas. Creo que en ese momento tenías tanta información pasando por tu cabeza y por tu celular, que sentías una frustración y enojo, pero al ver las convocatorias te llenabas de una adrenalina increíble que te motivaba y motivaba a otros a movilizarse”, detalla.

Por su parte Díaz comenta que “a través de las redes sociales, y principalmente en WhatsApp, nos dimos cuenta de la magnitud del movimiento. Las primeras marchas masivas, me abrieron los ojos para saber cuánto eran realmente 50,000 personas. Teníamos rato en Nicaragua de no ver a esa cantidad de gente o yo mismo pertenecer a un grupo de 50,000 o 100,000 fuera de redes sociales. Es hasta que las ves ahí enfrente que entendés el poder y la fuerza tienen tantas personas reunidas en un solo lugar”, opina.