Las particularidades del comercio global y las bondades de la tecnología me han permitido estar al día sobre la cartelera en Nicaragua. Puede ser aberrante preocuparse por el placer que provee el séptimo arte, mientras se vive entre los estertores de una dictadura agonizante. Sin embargo, contemplar el arte es uno de los reductos más resistentes de la libertad. Si tienen el sosiego y la oportunidad, estas 10 mejores películas de 2019 les pueden recordar que hay vida más allá de la dureza de los tiempos que vivimos.
Ad Astra
James Grey nos regala una pieza de ciencia ficción en clave poética, sobre un astronauta emocionalmente remoto reconciliándose —y liberándose— del legado de su padre. La visión del futuro es convincente en su banalidad: véanse las franquicias con presencia en una estación espacial brutalista. Bajo el escepticismo late una preocupación inusitada por la necesidad de confrontar las emociones. Brad Pitt da una actuación bellamente controlada. El espectacular deshielo de sus sentimientos es apenas el primero de dos grandes trabajos que ejecutó este año.
Atlantics
La actriz francesa Mati Diop conquistó merecidamente el Gran Premio del Festival de Cannes con su largometraje de debut como directora. En Senegal, Ada (Mame Bineta Sane), una vivaz adolescente, ama a Souleiman (Ibrahima Traore), un pobre trabajador de la construcción. Su familia tiene los ojos puestos en su matrimonio con un pretendiente adinerado. Un fatídico intento de migración convierte el triángulo amoroso en una fantasmagórica pieza de misterio y denuncia social. Diop, trabajando con la directora de fotografía Claire Mathon, nos regala imágenes indelebles: los amantes cruzando miradas a través de un tren que pasa; las parejas en una discoteca bañados en puntos de luces; ominosas vistas recurrentes de un mar engañosamente quieto. La película es tan hermosa, que lamentará no poder verla en la pantalla grande del cine. Disponible en Netflix.
Burning
Las políticas del amor y el privilegio definen este thriller sudcoreano que arde a fuego lento. Lee Jong-Su (Ah-In Yoo) es joven con ambiciones de escritor, que inicia un tentativo romance con Shin Hae-mi (Jong Seo-yun), una modelo “impulsadora”, quizás más pobre que él. Todo va bien, hasta que Ben (Steven Yeun), un elegante playboy, irrumpe en la escena. Es escalofriante como la visible riqueza de Ben reconfigura de facto la relación. Y este es solo uno de los primeros giros chocantes que le aguardan es esta adaptación de un relato de Haruki Murakami, dirigida por Chan-dong Lee, uno de los mejores directores sudcoreanos de nuestros tiempos. Disponible en Netflix.
Dolor y Gloria
Pedro Almodóvar nos regala una pieza de ficción confesional, que probablemente será lo más cercano que tendremos a un filme autobiográfico. Antonio Banderas es Salvado Malló, un veterano director de cine en pleno bloqueo creativo, asediado por incontables enfermedades del cuerpo y la mente. Encuentros con viejos amores y colaboradores lo dirigen a una confrontación con el pasado. La palabra nunca se dice, pero en el desarrollo dramático se vislumbra, a la par del primer deseo, la homofobia que hace estragos en los vínculos familiares y el amor propio. Penélope Cruz es resplandeciente como el ideal de su madre. Es mejor aún, cuando deja que las nubes del prejuicio ensombrezcan su luz.
The Favorite
Rachel Weisz y Emma Stone interpretan a dos arpías luchando por el favor de la Reina Anna (Olivia Colman), en la Inglaterra del siglo XVIII. La corte es evocada como un claustrofóbico mausoleo, donde la monarca enfermiza apenas se da cuenta de lo que pasa. Pero eso no quiere decir que es una simple víctima de sus circunstancias. La insularidad del poder, y los extremos adonde puede llegar la gente por ejercerlo, se ven retratados con elocuencia. El amor y la crueldad se confunden en una sola masa. Una pieza de época brutal en su escepticismo por la bondad de la condición humana.
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Hustlers
Constance Wu y Jennifer López son dos estríperes dispuestas a todo por conseguir su pedazo del sueño americano. Y si eso pasa por drogar a ejecutivos para despojarlos de sus tarjetas de créditos, que así sea. Esta comedia criminal, basada en un caso de la vida real, funciona también como estudio de una esfera laboral particular, y una reivindicación de las mujeres que ejercen esta particular variante del trabajo sexual. Además, ofrece una certera denuncia de la ilusión de movilidad económica en el capitalismo moderno. Todo eso y más, colgando de un tubo en tanga.
The Irishman
Martin Scorsese entra en su etapa de “viejo maestro” con un filme crepuscular. La desaparición del líder sindical Jimmy Hoffa (Al Pacino, dando su mejor actuación en años) es el gancho sensacional que sirve de anzuelo para un espartano y despiadado estudio sobre la tragedia de un hombre que ofrece su vida al crimen organizado. Robert De Niro es Frank Sheeran, el único irlandés que asciende en las filas de la mafia italiana en el noreste de EE. UU. Es el sicario más efectivo – “escucho que pintas casas”, es el eufemismo que usan al asignarle tarea – que no sabe que está pagando con el alma por “solo hacer su trabajo”. Es una contundente advertencia para todos los agentes de violencia que sacrifican su humanidad por un proyecto criminal. Disponible en Netflix.
Once Upon aTime in…Hollywood
Una carta de amor a la industria de cine: actores de bajo calibre, artesanos, dobles y técnicos laboran de sol a sol manufacturando entretenimiento desechable. Para Tarantino, no hay labor más noble. La televisión y los conglomerados económicos devoran el cadáver del viejo sistema de los estudios, mientras una nueva generación de estrellas eclipsa el viejo orden. Leonardo DiCaprio da una actuación de fina comicidad, como una estrella precipitándose al olvido. Brad Pitt, en su segunda gran actuación del año, es su mano derecha, un “doble” para escenas peligrosas, ejerciendo las veces de virtual “mejor amigo”. El revisionismo histórico usado para efecto cómico en “Inglorious Basterds” (2009) aquí se aplica a una tragedia moderna: ¿Qué hubiera pasado si la pandilla de Charles Manson no hubiera matado a la actriz Sharon Tate? Margot Robbie la encarna combinando carisma y lacerante humanidad.
Spiderman: Into the Spiderverse
Olvídese de los Avengers y demás agentes corporativos de Marvel. La mejor película de superhéroes del año es esta fantasía animada. Miles (Shameik Moore), un adolescente hispano-americano se convierte en el nuevo Hombre Araña, pero cuando a Doctora Ock (Kathryn Hahn) lo expulsa a dimensiones paralelas, tendrá que aliarse con múltiples versiones del héroe. Diferentes estilos de animación, definidos por época y estilo, armonizan en una genuina armonía estética. Es una película tan bella visualmente, que querrá dejarla corriendo para siempre en la televisión de su casa, como si fuera un cuadro eléctrico.
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Toy Story 4
La cuarta entrega en la franquicia de los “juguetes vivos” de Pixar no debería funcionar, pero lo hace. Cuando Woody deja de ser el favorito de la pequeña Bonnie, debe reinventarse a sí mismo, y descubrir cuál es su valor más allá del “trabajo” de ser un juguete. Nunca se me hubiera ocurrido. La misma procreación es contemplada con distancia emocional, a la vez que se pondera la posibilidad de que no necesariamente es la única forma de llevar una vida plena. Son temas densos, que ni siquiera Marvel se atrevería a considerar. Las películas para niños pueden ser tan adultas…y las películas de adultos tan infantiles.
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