Imaginá que llueve. Estás en una calle poco transitada de Managua y acabás de salir de tu trabajo, colegio o universidad. Es tarde y la lluvia ha dejado sola las calles. ¿Qué hacés? ¿Te detenés frente a la acera y rogás al universo porque un taxi pase? Quizá. O bien, podrías descargar una app y pedir que un vehículo llegue por vos, en minutos.
Esta realidad es posible gracias a dos aplicaciones nicaragüenses, que intentan cambiar la forma en que los capitalinos usan el transporte selectivo. Evolucionar el transporte selectivo, hacia lo que en el mundo ya hace años dejó de ser una novedad. Estas aplicaciones son “Aventón” y “Ray”; los “uber” nicas que luchan por abrirse camino entre los usuarios de taxis de Managua.
Aventón empezó a planearse desde el 2016, pero se lanzó oficialmente en mayo de 2017. Ray fue introducido en julio 2018. Ambos ofrecen básicamente el mismo servicio: un vehículo que podés pedir en cualquier punto de Managua (principalmente el casco urbano) y que estará ahí para trasladarte a tu destino, en minutos. Niú habló con los dueños de ambas empresas, algunos usuarios y conductores, para conocer cómo funciona y qué ventajas tiene esta modalidad, versus los taxis “normales”.
¿Cómo funcionan?
La tecnología que utilizan ambas aplicaciones, que están disponibles en las dos tiendas de móviles, es principalmente la de geolocalización de Google, mejor conocida como “GPS”. Cuando descargás la app, entre otros términos y condiciones, das acceso a cualquiera de las dos aplicaciones que decidás descargar, al GPS que tiene tu celular integrado y, de esta forma, cuando pedís una carrera, el sistema te va a enviar al vehículo que esté más cerca en el mapa.
“El tiempo de respuesta que tenemos es de cinco minutos, es decir, que en cinco minutos -con pocas excepciones- vas a tener tu carro listo para trasladarte. De hecho, ese tiempo lo estamos tratando de reducir a tres minutos”, comenta Óscar Molina, creador de Aventón.
En el caso de Ray, el tiempo de espera es también cinco minutos en promedio, según Walter Brown, gerente general de Ray. La diferencia de este servicio con Aventón, es básicamente que tiene tres categorías distintas para escoger, “Ray clásico, Ray premium y Ray Deluxe”, dice Brown, entre las cuáles varían las tarifas y la cantidad de personas permitidas en un mismo “Ray”.
¿Es más caro que un taxi normal?
Denis Almendares es un joven profesional, que tiene un trabajo fijo, pero debido a la crisis se ha dedicado a hacer “algunas cosas freelance”. Es contador, entonces ha decidido que además de la empresa a la que labora, puede ayudarle a algunos de sus amigos emprendedores a mejorar sus finanzas. Sale a las cinco en punto de la tarde de su trabajo en Altamira y para llegar a tiempo donde sus amigos, que están reunidos en una casa en Carretera Sur, decide tomar un taxi.
— ¿En cuánto me lleva a Carretera Sur?, pregunta el joven a un taxista en la calle principal de Altamira.
— 200 córdobas, responde el conductor.
—¡Qué estafa!, piensa Denis, pero sube de todas maneras para no llegar tarde.
Durante su trayecto desde Altamira hasta llegar a su destino, el taxi se detuvo al menos cinco veces en paradas de buses como El Quetzal, la Universidad Centroamericana, el Siete Sur, entre otros, según cuenta Denis. Durante ese tiempo, el taxista montó tres carreras adicionales a las de él: una por 30, una por 60 y otra por 50 córdobas, a personas que quedaban en la ruta, y aunque, no se desvió Denis siente que se atrasó mucho debido a las paradas del taxista.
“La diferencia de Ray, es que el vehículo recoge al pasajero en el punto indicado y traza una sola ruta. Nuestro socio conductor, no debe detenerse o desviarse por ningún motivo y la tarifa es la misma ya sea que vaya una sola persona o vayan hasta cuatro pasajeros, en el caso de Ray Deluxe”, cuenta Brown.
En el caso de Ray, la aplicación detalla tarifas base desde C$ 60 córdobas para el Ray Clásico, C$ 70 para el Premium y C$ 80 para el Deluxe. Esta tarifa base aumenta dependiendo la distancia entre la ubicación de donde se solicita y el destino; y, la hora en que se pida el servicio, en horas “pico”, el costo puede ser mucho mayor.
Aventón funciona bajo la misma dinámica, con una tarifa base de C$ 40 córdobas, más una tarifa variable por distancia y tiempo que tome la carrera. Ambos servicios dan un precio estimado antes de iniciar la carrera y no cobran extra si es un pasajero o incluso cuatro. El servicio básico – en el caso de Ray – incluye un viaje con aire acondicionado, en carros que están en óptimas condiciones mecánicas, hasta para tres personas. Y en el caso de Aventón, la tarifa es la misma hasta por cuatro personas.
“Esto de la cantidad de pasajeros a veces es más complicado para nosotros”, relata “Christian”, un conductor de Aventón, que prefiere no identificarse. Cuenta que una vez atendió una solicitud que le llegó desde el mercado Mayoreo y cuando llegó al lugar notó que siete personas lo estaban esperando.
“Accedí a llevarlos porque estaba lloviendo y era una familia con niños. Pero ese tipo de cosas nos pasa mucho, porque es cierto que la tarifa es la misma y nosotros respetamos eso, pero el pasajero muchas veces se aprovecha”, asegura el conductor.
Algunas cosas que mejorar
No todo es perfecto en el mundo de las aplicaciones de taxi. Ambas, según cuentan sus usuarios, tienen algunas desventajas, por ejemplo; “que al solicitarlo te dice un precio, pero cuando llegás al destino te tira otro”, dice Esmeralda, quien usa regularmente Aventón para ir a la universidad.
“A nosotros lo que nos pasa es que de repente se cae el sistema y no cobra completa la carrera. El otro día hice un viaje con un trayecto de un poco más de once kilómetros y entonces el sistema al llegar al destino me dio un saldo de 110 córdobas. Era hora pico, el tiempo que tardamos en recorrer esa distancia fue más de media hora y en esos casos uno sale perdiendo. Nosotros lo que hacemos es reportarlo y ellos (los dueños) tienen que reconocernos algo”, comenta “Christian”.
Al respecto Óscar Molina comenta que su personal permanece en constante revisión de la aplicación, pues, Aventón, en particular, fue diseñada y programada por nicaragüenses. Al principio tenían bastantes fallas, pero en la marcha las han ido corrigiendo, mantiene.
“En el caso de Ray es algo que nos resulta, sobre todo con la crisis, a tener pasajeros fijos y también tener seguridad, pero uno de los fallos más comunes, es que el mapa no siempre es acertado. Ya varias veces he andado perdido porque no doy con el lugar exacto que está el pasajero y normalmente tengo que llamar o me llaman para ubicarme mejor”, explica un conductor de Ray, que tampoco se siente cómodo al brindar su nombre.
En este caso Walter Brown asegura, que detrás de cada “Ray”, hay un equipo de monitoreo que cada vez que se confirma la carrera, llaman al pasajero para precisar cualquier detalle.
¿Qué pasó con Uber?
A inicios de 2017, la compañía estadounidense, que brinda un servicio selectivo de transporte a nivel mundial, quiso entrar a Nicaragua. Sin embargo, quizá recordarás las grandes protestas de taxistas individuales y cooperativas que se opusieron rotundamente a esto. Y ganaron, pues, hasta el momento el gigante que ha reducido el uso en el gremio taxista a nivel mundial, no figura en el mapa nicaragüense.
Pero ¿Cómo Aventón y Ray lograron hacerlo, cuando el servicio es básicamente el mismo? Sencillo: acercándose a los taxistas y cooperativas, en lugar de entrar en conflicto con ellos. “Yo creo que la estrategia de marketing de Uber, es generar conflicto para llamar la atención. Y creo que les funciona. Sin embargo, nosotros no creemos en eso. Estamos convencidos en que se debe mejorar el servicio con el que contamos actualmente y fuimos y conversamos con los sectores interesados, les presentamos la propuesta y aquí estamos”, narra Molina, dueño de Aventón.
El caso de Ray es similar. “Para nosotros los conductores no son un elemento aislado, los consideramos nuestros socios porque creemos que sin ellos no podríamos ser lo que somos. Y en el caso del sector taxi, hemos tenido una relación cercana, de hecho, la mayoría de nuestros afiliados tiene una concesión de taxista”, refiere Walter Brown.
Es así como estas dos empresas han logrado posicionarse en las calles capitalinas, celular en mano, buscando pasajeros igual de “conectados” que ellos. Tanto Ray como Aventón, tienen planes de expansión a los departamentos, e incluso regionalizarse. Y, sobre todo, cambiar la cultura del servicio.
“Queremos ofrecer un servicio de calidad, con carros en buen estado y sobre todo con un buen servicio al cliente”, menciona Brown, “porque creemos que el servicio de transporte selectivo sí puede ser mejor en Nicaragua, y, que no tenemos nada que envidiarle a Uber”, finaliza Molina.