Perfiles

La creadora de los pines «vandálicos»
Desde que publicó los pines en sus redes sociales ha recibido decenas de encargos. Foto: Franklin Villavicencio | Niú

Alejandra Paz empezó bordando por curiosidad y ahora crea piezas únicas que reflejan su amor por Nicaragua.

     

Alejandra Paz Huete tiene 18 años y una curiosidad infinita. En enero de este año decidió que quería aprender a bordar, pero lo haría de forma autodidacta. Empezó a buscar tutoriales en Youtube tras ver una foto de un bordado en Instagram.

«No sabía ni qué era, ni como lo hacía pero despertó en mí, muchas ganas de aprender», relata esta joven estudiante de medicina. Aunque en muchos colegios o muchas abuelitas enseñan a bordar, ella no tuvo «esa suerte»; pero no fue impedimento para ponerse «el reto de hacerlo».

Su primer bordado fue una constelación de la Osa Mayor, pero cada vez que mira algo o se le ocurre una idea se pone como meta, ejecutarla. «Ha sido un proceso largo», asegura. Al principio bordaba todos los días para ir perfeccionando su técnica, que presume, es cada vez mejor.

Desde enero hasta abril tenía varios encargos, pero no le dedicaba tiempo completo «a su negocio» porque debía alternarlo con sus clases de medicina. Cuando iniciaron las protestas y tras participar en algunas marchas, decidió que dedicaría su arte a hacer cosas a favor de Nicaragua y de los manifestantes.

Ha realizado varias piezas en homenaje a las víctimas de la violencia. Franklin Villavicencio | Niú

Artes con causa

Alejandra ha visto con indignación la excesiva violencia ejercida por el Gobierno de Daniel Ortega a los manifestantes. Por eso decidió elaborar piezas que rindieran homenaje a las personas que, de una u otra manera, se han visto afectadas durante las protestas. Una de esas piezas es un tejido en homenaje a Brandon Lovo Taylor y Jeremy Slate, dos jóvenes que han sido acusados por la Fiscalía del asesinato del periodista Ángel Gahona.

«Es un caso que ha causado mucha indignación por ser una injusticia, son acusados aunque se sabe que son inocentes», insiste la joven. Esa pieza es «única» y no está disponible a la venta aunque ha recibido decenas de encargo de ese tejido.

También realizó un tejido en homenaje al pueblo de Masaya que luchó durante varias semanas desde las trincheras contra las fuerzas represivas. «Esta vez quise probar también pintando inspirada en varias de las fotografías que circularon de ese heroico pueblo», explica.

Aunque tampoco sabía pintar, decidió «de nuevo aprender viendo tutoriales». La pieza final, mezcla de pintura y tejidos, está inspirado en un video de Carlos Mejía Godoy.

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«Es una pieza que recoge la lucha de Monimbó y toda la resistencia de ese pueblo», asegura esta joven. Ambas piezas, se las ha quedado para ella y no las vende porque son «muy personales». A las madres de Brandon y Glen, sin embargo, les regaló las «únicas copias» de la pieza original inspirada en sus hijos «como un homenaje a sus hijos que están presos», a pesar de que la misma familia del periodista Gahona asegura son inocentes. 

Nacen los pines

Desde que iniciaron las protestas utilizó su cuenta de Twitter y creó la página en Instagram «Red Needle Embroidery» para promover sus creaciones. «Yo bordaba cosas por encargos y la gente me escribía para pedirme que les hiciera un diseño en particular, quizás para regalarlo a su pareja, un ser querido o un recuerdo», indica.

En una pequeña moneda creó su primer pin inspirado en Nicaragua. Franklin Villavicencio | Niú

Sin embargo, un día experimentando, decidió hacer piezas de su inspiración para luego venderlas. «Opté por probar haciendo un pin o prendedor con la bandera de Nicaragua forrando una pequeña moneda de cinco pesos y luego tejiendo sobre ella», dice.

Colgó su creación en redes sociales y se dio cuenta que a la gente le encantó. «Me dieron buenos comentarios y mis amigos, junto a mi novio, me empezaron a motivar», recuerda Alejandra.

«Una lluvia de pedidos»

Tras el «éxito» de su primera pieza en formato pin, volvió su curiosidad y se fue al mercado a buscar material para hacer esas pequeñas piezas con diseños que «ya tenía en mente.

Por eso decidió bordar tres pines alusivos a Nicaragua y a las protestas. Uno de ellos es la bandera de Nicaragua, el otro el mapa del país con un puño cerrado y el otro es un mortero con flores. «Son diseños inspirados en la lucha de miles de jóvenes», explica esta joven.

Los pedidos no pararon, su contenido de inmediato se viralizó en redes sociales. «Estaba pensando en qué momento publicar, porque tenía temor de que nadie los viera, y tuve la dicha que mucha gente decidió compartirlos», dice.

Actualmente trabaja en cumplir todos los pedidos pero siente que necesita «multiplicarse» para producirlos con rapidez porque «mucha gente los quiere para regalárselo a personas que se van del país». Los pines tienen un costo de 50 córdobas.

Alejandra también está pensando en qué nuevas figuras tejer para crear «nuevos modelos de pines» y próximamente dará un taller de bordado para enseñar a más gente lo que pueden hacer «como una terapia» para sobrellevar la crisis que vive Nicaragua.

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