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En el Día de la Raza o de la Resistencia Indígena, te contamos sobre las luchas y logros de: Yalitzia Aparicio, María de la Torre y Tarcila Rivera.
Desde que Yalitza Aparicio, una joven mexicana de origen mixteco, tomó el rol protagónico en la premiada película Roma, las mujeres indígenas empezaron a ser más visibles en el mundo del cine. En el Día de la Resistencia Indígena este 12 de octubre para Nicaragua, también conocido como Día de la Raza o Día de la Hispanidad en otros países de Iberoamérica, Aparicio fue nombrada como embajadora de buena voluntad por la Unesco.
Según el comunicado oficial de la Unesco sobre el nombramiento: «Los embajadores de Buena Voluntad son personas que tienen un talento de proyección internacional en distintos ámbitos. A quienes se les reconoce por su integridad y por expresar su intención de ayudar a sensibilizar a la opinión pública, sobre temáticas vinculadas a la misión de la organización».
Este año, la Unesco celebra el Año Internacional de las Lenguas Indígenas, como una forma de promover la protección de estos idiomas: «Que reflejan la visión del mundo de las comunidades que los hablan y constituyen un patrimonio inmaterial de la humanidad», recordó Audrey Azoulay, directora general de este organismo.
La mujer que aprendió a hablar mixteco
Pese a ser de origen mixteco y habitar en el pueblo Tlaxiaco, al noroeste de Oaxaca, México, Yalitza Aparicio no sabía hablar su lengua indígena, antes de interpretar el rol protagónico en la película Roma. Esta joven se desempeñaba como maestra, aunque al momento de hacer el casting, se encontraba desempleada y su medio de subsistencia era ayudarle a su hermana a elaborar piñatas.
«Siempre he dicho que estoy orgullosa de ser una mujer indígena»
El casting que la lanzó al estrellato y la hizo portada de la revista Vogue México, fue una casualidad. Yalitza asistió solamente para acompañar a su hermana, quien era la más interesada en la actuación. Pero al estar en el lugar, le pidió a Yalitza que audicionara en su lugar. Lo que siguió después es historia, pues no solo fue reconocida por su actuación, su belleza indígena, sino que ganó visibilidad mundial.
Como Embajadora de Buena voluntad de la @UNESCO, @YalitzaAparicio destacó las contribuciones de los pueblos indígenas en la protección del medio ambiente. @UNESCO_es @AAzoulay @DelegamexUNESCO @VivaMexico_cine @SRE_mx @marthadelgado @IdemexParis pic.twitter.com/vKNI9cqtr9
— Ambassade du Mexique (@EmbaMexFra) October 4, 2019
“Soy feminista porque busco una igualdad de género. Soy una mujer indígena orgullosa que busca el rescate de las lenguas indígenas, que busca el derecho de las comunidades indígenas y que busca una igualdad de oportunidades en todo”, declaró Aparicio durante la ceremonia de la Unesco.
De los pueblos indígenas de Ecuador al mundo académico
Otra de las mujeres que es referente de los pueblos indígenas, es la académica de renombre Luz María de la Torre Amaguana, originaria de la ciudad de Otavolo, Provincia de Imbabura en la sierra andina de Ecuador. En los años setenta tuvo la oportunidad de estudiar en Francia, donde también hizo su maestría en ciencias políticas. Luego saltó a una vida académica como profesora en la Universidad Estatal de Arizona, la universidad de Trent, Canadá, Escuela Española de Middlebury y en la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA).
Durante su vida académica, ha conseguido importantes logros como asesora para Unicef, Unesco, Naciones Unidas, Ministerio de Asuntos Exteriores de Ecuador, a la vez que es presidenta del Consejo Nacional de Mujeres Indígenas del Ecuador. Sus publicaciones abarcan desde diccionarios bilingües español/quichua a libros y artículos sobre temas sociopolíticos, económicos, feministas y derechos de sus pueblos indígenas.
Según de la Torre, apenas en los últimos años es que se ha comenzado a aceptar a las personas indígenas. “El aceptar y examinar nuestra cultura y tradiciones ha ayudado a recuperar nuestro orgullo como comunidad, nos caracteriza y nos ha permitido ser reconocidos en todo el mundo”, dijo recientemente.
Lucha por los derechos de las mujeres indígenas de Latinoamérica
Desde la organización Chiripac (Centro de Culturas Indígenas de Perú), Tarcila Rivera, vela por los derechos de más de 45 millones de indígenas, principalmente mujeres, en toda Latinoamérica. La activista es de origen quechua de la comunidad de Ayacucho, Perú. Y en esta organización ha logrado brindar formación de mujeres indígenas jóvenes, muchas de las cuales ocupan cargos públicos en Gobiernos locales y comunidades.
Cuenta con múltiples reconocimientos por la Unicef, por sus aportes a la promoción de la cultura y derechos de los pueblos indígenas. Adicional a esto, también está involucrada en la lucha por justicia y reparación para las víctimas indígenas de violación durante el conflicto armado que vivió Perú, en los años ochenta. Así como una participación activa en el Foro Internacional de Mujeres Indígenas, que tratan de cultivar liderazgo y participación política de las mujeres indígenas de todo el mundo.
«Ahora somos más conscientes de nuestros derechos. En los noventa, nos veían como algo muy folclórico, pero ahora los pueblos indígenas nos hemos convertido en un peligro para el sistema. Les hablo aquí con toda transparencia y tranquilidad, pero recién a los cuarenta y dos años fue cuando pude hablar en público y reconocer que era indígena y quechua-hablante», contó Rivera en una entrevista con el sitio El Salto.